“Si algo acumula este edificio (además de inercia térmica) es un gran afecto al usuario y atención a los intereses generales,que es la mejor vía para llegar, como aquí sucede, a la buena arquitectura. Propone un estudiado equilibrio entre la justa y confortable superficie privada y la rica oferta de espacios complementarios: extensión de la vivienda a un exterior controlado climáticamente, galerías que son anchos paseos ajardinados, lugares de encuentro o de tranquila deambulación, patios arbolados y porches que enmarcan el entorno urbano, dotación de servicios que facilitan la vida diaria, y un largo etcétera. Todo ello solucionado con un apurado diseño de todos los elementos, que subraya la coherencia y valor arquitectónico de la propuesta. Esta obra construye un buen marco para un periodo de la vida en el que la intimidad, liberada de bagaje innecesario, puede desear combinarse con la compañía de otros. Habla de madurez social y de libertad individual. Es tanta la inercia acumulada, que ha sobrevivido a grandes amputaciones producidas por una pésima gestión de la administración. Se han privatizado espacios comunes fundamentales, patios, porches; se han mutilado sistemas de refrigeración pasiva que se habían construido. A pesar de ello, la calidad de vida que ofrece el edificio se mantiene viva y la alegría que produce en sus ocupantes se refleja, en mil colores, en el entorno que les queda a las viviendas.”
Xisco Pizà, Sé Duch, Iciar de Basterrechea
Premio Ciudad de Palma “Guillem Sagrera” 2007
Edita: Ayuntamiento del Palma de Mallorca. 2008